EDUCACIÒN VIAL: ESTOY CANSADO DE LOS QUE MANEJAN BIEN

La Argentina, sabrá ud. estimado lector, se encuentra a la vanguardia de los países con mayor cantidad de accidentes de tránsito. Y es lógico y razonable... si todo el mundo maneja bien... bien para la mierda. Esta raza repugnante que es la gente que maneja bien y cree que por ir despacio merece el podio junto a Schumacher no hace más que entorpecer el tránsito vehicular ya que, con su andar cansino, generan inadmisibes embotellamientos y obliga a frenadas de caucho quemado en el pavimento. Pero cuando uno los pasa, después de varias cuadras y habiendo quemado al menos una óptica haciéndoles señas de luces, te miran con cara de desprecio y piensan "a dónde vas tan apurado". Los peores son los que van por el medio de la calle o por la izquierda y se convierten en los justicieros del tráfico, reduciendo con su lentitud tu marcha y no permitiendo ser sobrepasados. ¡Pero correte turro, dejame pasar! No. El justiciero detiene tu paso y reduce tu velocidad crucero de prepo, para que aprendas a no ir tan rapidito. Estos personajes desconecen que vivimos apurados, que tenemos que llevar los chicos al colegio, que llegamos tarde al trabajo o que en cinco minutos empieza el partido. Además basan su ladino accionar en una falsa máxima: "la velocidad genera accidentes". ¡Nada menos cierto! Lo que genera accidentes es la impericia de los conductores que no saben manejar y que, por el mero hecho de saber mover sus vehículos, creen que manejan. Los que generan accidentes son los que van por la izquierda a paso de hombre y encima se creen que están brindadndo un servicio a la comunidad. ¡Inútiles! Están obstruyendo el paso de otros automóviles y atentando contra los más importante que debe tener el tránsito vehicular: FLUIDEZ. Si todos los autos se desplazacen fluidamente, sin tener que parar atrás de un papamoscas a veinte km/h todos seríamos más felices. Ni quiero entrar en la consideración de aberraciones de tránsito de igual calibre como estacionamiento en doble fila, esa media cuadrita en contramano para entrar al garage y otros atentados criminales contra la fluidez del tránsito. Ya sabe: circule por la derecha, vaya a una velocidad que no incomode a su vecino y no rompa las bolas. ¡Y ahora correte! ¡No ves que tengo que seguir leyendo! El Rique

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