CON SEGURIDAD !!!

Por Gabriel En éstas épocas de tanta inseguridad, voy a intentar tocar el tema desde un punto de vista ajeno a cuestiones políticas (aunque no creo que se solucione el tema poniendo más poli ni aumentando las penas), refiriéndome a los popularmente denominados "patovicas", "seguridad", "chabones de seguridad", "el viejo alcahuete de la puerta" o "el vigi" entre otros. Estos muchachos se dividen en dos grandes grupos:

Los que custodian las puertas de boliches, pubs, discos, bailantas, cabarulos, bailables, y todo tipo de locales de esparcimiento nocturno.
Los que cuidan cualquier tipo de edificio, empresa, y/o institución con gran concurrencia de personas.
Los primeros resultan ser jóvenes, de contextura robusta, siempre están de saco y corbata negros, y son sumamente estrictos con su trabajo, salvo que uno sea una señorita de cualquier característica física pero con aires de tonta, que esté dispuesta a ofrecerle una sonrisa, llamarlo por su nombre de pila en diminutivo y darle un beso en la mejilla con cara de asco. Consiguieron su trabajo gracias al cuidado de su cuerpo, la cama solar, al tío gordo que les prestó el saco y la corbata, al mal gusto de su peluquero y al farmacéutico que les vende el gel y los pastillones para inflarse. Generalmente tienen cara de malos, son autoritarios, desconocen lo que es conversar amigablemente, le quieren pegar a todo el mundo, son odiados por jóvenes y no tanto, toman agua mineral, y se hacen los simpáticos con las trescientas cuarenta minitas que están haciendo la cola para entrar al local, y en su mayoría, al final de la jornada, se van más solos que Kung Fu porque al otro día tienen que ir temprano al gimnasio.
Los otros son, mayormente, ex-miembros de las fuerzas de seguridad que fueron exonerados, puestos en disponibilidad, o se retiraron, y se las rebuscan con este curro. En general, tienen bigotes, impostan la voz y ponen cara de coronel o brigadier, les gusta usar uniforme, andan mostrando el arma que llevan a la cintura a todo el mundo y cuentan los tiros que les pegaron los infames traidores a la patria (siempre había querido poner esto en algún lado), aunque nunca muestran las cicatrices. Tratan de oponerse al ingreso al lugar de cualquiera que no les guste su cara o su vestimenta, y encuentran cualquier excusa para que les muestre el contenido de su bolsa, bolso, mochila o valija. Si trabajan en un edificio con fines de vivienda, conocen la vida de todos los que viven en el edificio, y si te ganás su confianza te podés enterar que el portero se come a la del 5° "B", que al pibe del 6° los padres lo encontraron con el amiguito de la mano y a los besos como chico p´al colegio, y que la de Planta Baja cobró una herencia de la tía de Italia y va a poner un negocio de lencería erótica con el novio. También se chamuyan a todas las viejas del edificio viudas o separadas, que vaya casualidad, son las que le acercan el té, café, jugo, tarta de manzana, pasta frola y/o cualquier tipo de comestible que satisfaga las necesidades del vigi, como así también diarios y revistas de todo tipo (menos el Página/12 que lo descartan).
En fin, bichos raros estos tipos, a mí nunca me gustaron, y sinceramente, no creo que sea seguro tenerlos. Es más, cuando me voy ausentar por unos días, salgo con un bolsito imperceptible, y mando: "Chaaau, hasta luego... Ah... si viene mi amigo Fulanito y pregunta por mí, dígale que vengo a eso de las 8" y me voy cantando por lo bajo un cumbión que dice "..vos sos un botón, nunca vi un policía tan amargo como voooos....".

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