O' CLOCK

Gabriel

Estoy hastiado de los impuntuales, no los soporto, ni a ellos ni a sus excusas miserables. Basta!!!! Es muy difícil ser puntual en las épocas que corren, ya no se puede llegar temprano a ningún lado porque te comés unos emboles bárbaros y encima tenés que soportar las excusas más infantiles que hayas escuchado, como se me rompió el auto, había un tráfico bárbaro y estás en Villa Gobernador Gálvez, me paró la cana y me hicieron el test del alcoholemia, etc. etc.. Y nada de esperar cinco minutitos, te tenés que bancar un plantón de media hora como poco.
Reconozco que soy un poco molesto con el tema de la puntualidad, pero una cosa es demorarse y otra tomarse todo el tiempo del mundo para prepararse para salir y llegar a un lugar, sin siquiera merituar el tiempo que le hacés perder a los demás. Y esto se da en todos los órdenes de la vida.
En el trabajo todos llegan tarde, las reuniones empiezan media hora después de la estipulada, los clientes llegan 45 minutos tarde al turno que les diste, te pagan dos o tres meses después que la fecha en que te tenían que pagar, te traen las cosas después de una semana, entre otras cuestiones similares.
Si vas al médico, te atiende una horita y media después de tu turno, y te tiene todo ese tiempo leyendo las revistas nuevas del mundo del espectáculo, como la Gente que tiene a Adriana Brodsky en la tapa, la Siete Días con foto central de Silvana Suárez o el Gráfico con nota exclusiva al Pato Fillol y Passarella juntos antes del Mundial 78.
Si organizás algo en tu casa, tenés que empezar a subir y bajar la parrilla aguantando el asado hasta que lleguen los comensales, y guarda con que se te pase una costilla, porque te comés la gastada del año.
Si salís con un amigo, seguro que justo es el metrosexual del grupo, y lo tenés que esperar hasta que le combine toda la ropa que lleva puesta, y le haga efecto el gel que se puso en el pelo, cuando no se hizo la carmela y empieza a intentar que no se le vean las dos canas que le quedaron.
Ahora si salís con una mina, agarrate, porque si la tenés que pasar a buscar te clavas una horita esperando abajo o en la puerta mientras se termina de probar la ropa, se cambia, se maquilla, se perfuma, se vuelve a cambiar, se saca un poco de maquillaje porque cree que queda muy atorranta, se vuelve a cambiar de ropa, le da de comer al perro y tira toda la ropa adentro del placard por las dudas vuelva con vos a tomar el famoso café. O bien puede pasar que te ensartes la misma cantidad de tiempo esperando adentro de la casa, pero siendo cuidadosamente estudiado e interrogado por los viejos, hermanos/as, abuelos/as, sobre aspectos personales, familiares, laborales y económicos. Y ni hablar de la espera compartida con mascotas que te empiezan a oler y a merodear como si supieran que lo único que querés es darle a su dueña de manera inmediata.
En fin, esperar a los impuntuales me pone loco, no creo poder acostumbrarme.

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