PALABRAS INVENTADAS

Por Gonza

Hay gente que inventa palabras. Cuando en los formularios leemos, por ejemplo, "presentarse munido de documento de identidad”, de uso muy común en las oficinas públicas, bueno, busca munido en el diccionario y vas a ver que no está. Es una palabra inventada, bien argentina, seria un sinónimo de provisto, pero extraño a la lengua castellana.
Es que el idioma es algo que esta vivo. Aunque esta costumbre de inventar palabras extrañas llevó a un escritor genial que es Adolfo Bioy Casares a escribir el “Diccionario del argentino exquisito” en el que se resumían todas las palabras incorrectas, o a veces correctas, pero de las que se hacia uso y abuso.
Yo tengo algunas palabras que fui inventando, son mías, personales, y a veces las digo entre gente que las conoce y se ríen, y otras veces las digo entre gente que no las conoce y se las tengo que explicar, y después que se las explico algunos se ríen, otros lloran, y otros dicen, pero que…
Veamos algunas palabras de mi invención:
Tanganika: Es una persona torpe. Esta inspirado en un actor que hacia un número en el que se tropezaba todo el tiempo a la manera de Charles Chaplin, utilizando los viejos recursos del cine mudo. El actor era argentino, o por lo menos actuó mucho en la Argentina, pero por un tiempo breve, actuó en teatro y apareció varias veces en televisión. Pocos lo recuerdan, entre ellos yo. Cuando alguien es muy torpe, yo digo: “Pero que Tanganika”.
Bonanno (con dos enes): Es un tipo muy formal, anticuado y pavote. Es un personaje de una película argentina, dirigida por Carlos Sorin, “La película del rey” Pero el personaje aparece menos de un minuto. A mi me encantó esa película y me encantó ese personaje pese a su tan breve aparición. Aplicación: Frente a un plomo importante, yo digo: “Es un re – Bonanno”.
Folore: Acepción del termino: Es sinónimo de la palabra folklore. Fue un gringo que en una peña empezó a hablar de la Argentina y de sus experiencias en el país. Entre otras cosas dijo que le había gustado mucho el “folore”. Es una pavada, pero me causó mucha gracia, tanta que ahora ya la digo siempre así. Deje de decir folklore. La gente se desconcierta y no capta que lo digo a propósito y en homenaje a ese gringo cocoliche.
Taradùpido: Mezcla de tarado y estùpido. Esta palabra en realidad no la inventé yo, sino que era utilizada por algunas de mis compañeras de la escuela primaria, bastante harpías ellas. La tomé prestada por un tiempo, pero actualmente ha caído en desuso.
Caraspito: Interjecciòn. Mezcla de carajo y la expresión centroamericana “càspita”. Había un señor analfabeto que la decía, se la escuché y me gusto. Ocasionalmente también la digo. Su uso no requiere mucha explicación, frente a una situación embarazosa seria algo así como “pero… caraspito”.
Y la pregunta seria ahora, estimado lector ¿Cuál es su repertorio personal de palabras inventadas?

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