Que vuelva el cine picaresco

Mariano me critica diciéndome que soy un viejo choto atado al pasado, y yo tambien llego a la misma conclusion y le contesto, si, ¿y que? No es mi intención retornar a la palestra despues de tanto tiempo para discutir con mis queridos compañeros de esta iniciativa cibernetica, pero lo cierto es que todos los posts me salen así. Siempre termino hablando de un tiempo pasado que fue mejor. Mas aca o mas alla, mas tarde o mas temprano, la conclusion termina siendo la misma. No es algo conciente, perdonenme. Me parece que el blog tendria que llamarse “La hora de lo nostalgia” o algo asi. En este caso se me ocurrio desarrollar lo siguiente para compartir con los amables lectores: En los años ’60 y ’70 hicieron furor las peliculas italianas “picarescas”, plagadas de doble sentido y referencias recurrentes a algo fundamental para cualquier hombre EL SEXO. Hoy es cierto que esas peliculas nos parecen mas inocentes que Blancanieves, pero eso es lo mejor que tienen. Eran son y seran sanas. La version local de esa ola podriamos decir que eran las legendarias peliculas de Porcel y Olmedo, pero ahora, ni en Italia ni aca, ni en ningun lado se siguen haciendo peliculas de ese tipo. ¿puede ser que haya muerto la literatura picaresca? NO. Es imposible. Estará agazapada para volver a atacar en el momento mas inesperado. ¿dónde esta el teatro picaresco? ¿y los chistes verdes? Es un rubro abandonado. Tampoco se trata de reflotar todo intacto porque podria llegar a ser un rotundo fracaso y me dirian: “ves boludo, las cosas que se te ocurren, solamente a vos se te podria haber ocurrido volver a pasar los discos de Marrone”. De lo que se trata es de adaptar esa veta a los tiempos actuales. No hablo del horripilante cine porno, sino de algo mas en tono de joda, alegre y jugueton. Tampoco quiero escuchar más hablar de las “modelos” esas estupidas que no sirven, y que estan invadiendo el espacio vacio ¡ahh, harpías...!. Tiene que ser otra cosa, algo mejor, por lo menos mejor que dejar todo en manos de Emilio Disi y Miguel del Sel.