VAMOS A COMER AFUERA II

Por Gonza

A veces uno va a comer afuera y tiene hambre pero no se sabe bien de que. Es decir, no sabe que catzo pedir. Esa falta de inspiración es terrible. Para mí es muy importante saber que piden los demás. A veces pasa que uno no la pega. Si el lugar no es muy explorado, nos podemos ver obligados a tirarnos al agua con tanto nombre rimbombante, para despues darnos cuenta que era todo puro espamento, y lo peor que nos puede pasar en ese momento es ver el plato de nuestro/a/s acompañante/s y notar que el/lla/llos acertó/aron. Su comida se ve suculenta y tentadora, mientras que a nosotros nos tocó algo mezquinamente servido y pobremente presentado. ¡Que broncas negras me he agarrado! Pero tambien es lindo cuando uno la pega. Nunca falta el desubicado que te dice ¿y si compartimos? – No, de ninguna manera. Si querés pedite vos, pero esto es mío, mío, mio!!

VAMOS A COMER AFUERA

Por Gonza

Para algunos es el mejor programa y para otros es la peor tortura. Ir a comer afuera es todo un tema si los hay, porque la gastronomia es todo un mundo, pero un mundo intrincado y temible, que hasta puede convertirse en abominable. Últimamente se cometen varios atropellos que se han hecho comunes, a saber: “vendernos” en el menú, cosas baratas como la gran cosa. Por ejemplo, valorar como una fineza el puré de zapallo: “Delicia de calabaza”, o algo así. Cuando no se sabe que poner el chef, el cocina, bah, agrega “a las finas hierbas” y andá a cantarle a Garay. Es que hasta el más rasca hoy es un delicado gourmet, hoy en día, hasta un desocupado hambriento pienso rechazaria de plano el anticuado vinagre, reclamando el snob “acetto balsámico”. El otro día me dijeron la etimología de snob. No viene del griego, como Grondona supondría, sino del frances, sans noblese, es decir sin nobleza, rasca, en una palabra, cursi. Así nos han invadido los matambritos tiernizados a la leche (por no decir cagado a martillazos por la gorda) y un montón de pelotudeces “de moda” que se venden como grandes descubrimientos culinarios que revolucionarán los habitos alimenticios, como las bruschetas, el carpaccio y las ensaladas de la huerta y du chef, el coulis de frutos del bosque y tantas otras pavadas similares. Cierren la mesa 4, no se cobra cubierto, la casa se reserva el derecho de admisión, pero el cliente se reserva el derecho de comprar berretadas.

CUANDO PARECE QUE TODO SALIÓ MAL

Por Gonza

Hay veces en que uno está en ganador, y la vida le sonríe. Si estamos de suerte, nos reconciliamos con la vida y todo parece tender a mejorar. Pero esos buenos momentos contrastan con otros no tan buenos que nos pueden tocar. Se presentan ineluctables (que no se bien lo que quiere decir pero me gusta la palabra), decia, y se presentan tambien dando ciertas señales. Hay situaciones que son trágicas, la más tipica es la del oficinista que cuando llega a laburar como cualquier día encuentra su escritorio pelado. Oh, oh, algo pasó. Y esto me hace acordar a un día que tenía que hacer un viaje pero no podía porque el auto tenía poca bateria. Era muy caro comprar una nueva, la billetera estaba poco concurrida y al mismo tiempo yo estaba apurado ¿qué hacer? La gran solución fue comprar una bateria usada, sin garantía claro, pero a un precio bárbaro, en este caso hubo una frase matadora del inescrupuloso electricista mercader colocador de la bateria “mientras no se encienda la luz roja, va a andar bien” de más está decir que a los 20 km. se prendió como rancho, parecía que la luz no mostraba el dibujito de la bateria, me veia yo dibujado con un cartel que decía BOLUDO, en este segundo pasaste a ser un reverendo BOLUDO. Y así puede haber muchas otras situaciones parecidas a estas “de mal agüero”. Otra escena: Termina un examen de esos típicos de fin de año, y el profesor anuncia: “mañana a las 15 hs. están las notas”. Todos nos vamos felices, el examen habia sido fácil, mañana nos dan las notas y adiós al año, playa, joda, a descansar. Al día siguiente estamos allí, llegamos puntuales por la ansiedad, incluso al subir las escaleras nuestro reloj marca que faltan un par de minutos para la hora señalada. Todo bajo control. Aún así comprobamos no sin curiosidad, que todos nuestros compañeros están allí antes que nosotros, TODOS, tanto que el único que falta es uno, pero la puta. Hay clima de jolgorio (no es para menos) todos conversan, ruidosos, rien, se saludan, la juventud efervescente, los estudiantes, divinos tesoritos. Pero al llegar uno, se hace un silencio fatal, todos nos miran con cara de velorio, solamente un compañero se atreve a pronunciar un inaudible “hola” y mira para otro lado como perro que volteó la olla. Pero... ¿qué pasa muchachos, como fueron las notas? ...¿qué? ...¿a mí? ... No puede ser ... ¿a ver? Uy, sí, que macana, ¿el único yo? Bueno, no importa, gracias, chau, mejor me voy a mi casa... nos vamos solos, caminando despacito, el paso tranqui... y para adentro: ¡LPMQLRRP...!!!

AJO, AJO !!

Por GABRIEL

Así como en una época de la adolescencia uno tenía todos los fines de semana cumpleaños de quince, llega una determinada edad donde todos tus amigos, primos y conocidos de toda calaña, se casan o conviven, y empiezan a tener hijos. Si uno no ha tenido la oportunidad de tenerlos, y alejado de ese sentimiento mágico que generan los hijos, puede ponerse de la vereda de enfrente y analizar el comportamiento de los demás respecto del recién nacido.
En principio, las abuelas. Rompen las pelotas con que el nene tiene frío, que tiene hambre, que tiene un pedito, que qué se yo. Por favor!!!!! No son sus hijos, son sus nietos. Los abuelos están para malcriarlos no para estarle encima todo el tiempo supliendo las supuestas omisiones de los padres. Dejen a los padres que ellos saben lo que tienen que hacer, y si no lo saben lo aprenderán como Uds. aprendieron oportunamente. Si el nene tiene alguna de todas esas cosas, la madre se va a dar cuenta y hará lo que sea conveniente, lo que puede incluir preguntarles a Uds..
En segundo término, es indignante ver a las tías viejas diciéndole a un pibe/a que nada entiende y poco percibe por tener escasos dos días de vida, cosas tales como: Hola mi pichuchu. Qué diche? Qué le pacha? Pareche que tiene hame!!!!. Le guta mano tía Roda? Tá fía. Ayyy que lino que ech el bebucho. Chi, e muy lino!!! Por qué no le hablan bien, si el pibe es recién nacido, no tarado, ni indio. No entiende ni hablándole bien, ni pelotudeces como las reflejadas supra. O será que son taradas las tías, y ante el nacimiento de alguien sacan a relucir su tara. Dénse cuenta señoras grandes, al pibe le molesta que le griten y le hablen, que lo agarren, que le den besos con lápiz labial y olor a colonia barata, que lo pasen de mano en mano como si fuera algo nunca visto, y mucho más le molestará saber que las primeras palabras que escucha vienen de dos viejas chotas, y que estén mal dichas o inventadas como si fuera un idioma para bebés. Entiendan, si existe un idioma para bebés no lo podrían hablar porque son viejas y ese idioma sería para niños Sub 5. Quedó claro?
Otro de los figurones es el hermano del padre o de la madre que quiere ser padrino. Es uno de los más insoportables. Se la pasa todo el día en la casa del recién nacido, haciéndose el experto en bebés, y haciendo gala de un padrinazgo que nadie le propuso, diciendo: Venga con el padrino que lo va a llevar a los cabaré y van a salir a levantar minas juntos. Y quién le dijo al boludazo ese que va a ser el padrino, y en su caso, que al pibe le van a gustar las minas y encima de los cabarutes. Otra habitual de los autodenomindados padrinos, es que le regalan la camiseta del equipo del que es hincha el propio regalador. Flaco, no te das cuenta que no existe la menor posibilidad que de un padre hincha de Boca (habíamos barajado la posibilidad que al pibe no le gustaran las Sritas.) salga un hijo hincha de Gimnasia o de Lanús, no te cabe en la cabeza. Qué barbaridad viejo!!!!!
Así está el país!!! Si pensamos que a cada uno de nosotros nos tocó padecer algo de esto, cómo quieren que este país salga adelante. Ajó… ajó…………….a joderse viejo.

MÁS ABURRIDO QUE JUGAR AL BINGO

By Gonza

El otro dia me dicen, brillante idea “¿y si vamos al bingo?”, en realidad era una asignatura pendiente, algo que lo venía postergando, nunca habia ido al bingo. Siempre la timba es linda, los vicios tienen todos algo de fascinación, peligro, están ahí acechando, y uno tiene que cuidarse (creo que mi vida tan agitada y mundana hace que en mi caso el mayor peligro lo constituyan chocolates, ravioles (pero de los que amasa la vieja), helados, tortas y alfajores). Pero esa noche nos fuimos al bingo nomás. Antes muerto que aburrido, en realidad era para morirse. Primero es un encierro, por supuesto, no hay relojes a la vista ni ventanas, como toda sala de juego es atemporal totalmente. Te sentás, dicen que hay canilla libre, pero nadie vino a ofrecernos nada. Pasan unos pibes, ni siquiera alguna señorita amable, a mi me tocaron pibes (evidentemente no era mi día, ni mi noche) los pibes te venden cartones, pero baratos, $4 cada uno, todo es rapidito, vamos, vamos, que se agotan, que se agotan. Compras el cartón, y empieza el bingo. Tenés que marcar a medida que van cantando los numeros, habia unos marcadores rasposos sobre la mesa, que ya estaban llegando al final de su vida útil (no elijas el mordido, porque anda saber quien lo mordió, che). A los piques cantaba una mina (esa era una mina) los numeritos (yo odio los numeros) y tenías que estar como un pelotudo marcando los numeros (23, 14, 04, que se yo...), ojo con perderse un numero porque fuiste, ni se te ocurra sacar los ojos del cartoncito ese de mierda. Yo no enganchaba ni por casualidad (ni línea, ni chincuina, nada, no pasaba naranja), por ahí la mina para de cantar, ¿qué pasa? pregunta ¿hay bingo en sala? Pero... ¿me estás cargando?, no pude marcar ni tres numeritos piojosos y vos ya querés que se termine todo? Nadie contestó nada, por supuesto, mocosa impertinente. Sigue la serie, y por los parlantes se escuchaba la voz femenina monótona y monocorde, profesional y rutinaria 16, 33, 02... y a los dos minutos un chabón de la otra punta del salon vociferó “¡¡BINGO..!!!” Le chantaron sobre la mesa algo que parecia un pimentero y... ¿y? ¿Y después?... ah... después vuelta a comprar cartones pero estos eran un poco más caros, de $ 5.- ¿porqué? Y que se yo porque... y así... ¡sucesivamente! Hasta cuando? ¡Hasta que decidas irte! No era la mejor inversión gastar $4 y $ 5 cada tres minutos para que me esclavicen captando toda mi amable atención por nada. Más que un entretenimiento me pareció una estafa. Y mira que yo soy un boludo que juego a los tragamonedas y no me disgustan, la ruleta siempre me gustó, las cartas, los dados... me gusta todo o casi todo porque la lotería de cartones, me gusta para jugar con la abuela un domingo de lluvia, pero de mucha lluvia... y gracias...

EL CINE ARGENTINO ES EL QUE MÁS ME GUSTA

By Gonza

He escuchado gente que dice: “A mi no me gusta el cine argentino”, pero ¿cómo van a decir eso? ¡Herejes! ¡Cipayos! Yo digo exactamente lo contrario, si aceptamos el disenso: “El cine que más me gusta es el argentino” y a mucha honra ¡canejo! Lo que no quiere decir que no me haya comido cada garrón de novela. Un ejemplo patente es ese tal Piñeyro que se vende como un fenómeno social, una revelación del arte popular, un verdadero hallazgo, y no es más que pura propaganda, aparato publicitario fuerte puesto a su servicio como pocas veces se ha visto, pero sus productos no son más que unas peliculas rasposas con buen elenco (Tango Feroz, Caballos Salvajes, etc. etc.) verdaderos atentados al arte cinematográfico, que han pasado al olvido olímpicamente. ¿quién va a rescatar esas porquerias? Son productos descartables. ¿ya se vendió? A la basura. Pero de la misma manera que uno putea, llora grita y patalea con los bodriazos del cine vernáculo, paradójicamente puede suceder tambien que se regocije hasta el paroxismo cuando el filme dá en la tecla. La última que vi fue “El Perro” de Carlos Sorin. Es un dechado de talento, de buen gusto, de entretenimiento sano, simple, directo, bien logrado, lo que se dice una verdadera joyita, una perla en el desierto de los lugares comunes, los golpes bajos y las miras cortas. Y esto me trajo a la memoria lo que he disfrutado otras peliculas nacionales, como “Tiempo de Revancha”, “Últimos días de la víctima”, “Plata Dulce”, “Esperando la Carroza”, “La pelicula del Rey”, “100 veces no debo”, “El bonaerense”, “El Asadito” y tantas otras peliculas memorables que me dejaron con una sonrisa de oreja a oreja. Porque es cierto que las peliculas argentinas tienen mil problemas, que se hacen a pulmón, con presupuestos bajísimos, irrisorios, pero no es menos cierto que hablan nuestro idioma, con nuestra forma de ser, de sentir, de vivir. No hay que leer molestos cartelitos ni tampoco es necesario soportar deficientes traducciones donde se pierde el sentido de las frases. Es lo mejor que puede haber que nos hablen de nuestros problemas, de lo que nos pasa a nosotros y esa identificacion se da muy patente cuando la pelicula es buena y pega en el clavo. Yo respeto mucho a los yanquilandia cortando the grass o comiendo sus hot dogs a la bbq del garden. Pero allá ellos. Estamos espiando una cultura que nos es ajena, y el objetivo seria averiguar si nos resultan universales ciertos temas. Los yoni hacen películas buenas, y excelentes también, como se hacen en tantas otras partes del mundo, pero que querés que te diga, me atrae la pelicula hecha acá, en lugares reconocibles donde estuviste o algun dia vas a estar. Una buena pelicula argentina y que me larguen los galgos. Que se yo.

LA TELE BARATA

By Mariano

Está de moda decir que la televisión está abaratada, que los programas se hacen con dos mangos, que se hace trabajar al público sin pagarle, etc. En virtud de eso, proponemos una fórmula imbatible para tener su propio programa de TV, barato y exitoso.-
1) Arme un decorado con tres sillones, una mesita y un potus;
2) Invite a Diego Torres, Ricardo Darín, Marcos Di Palma y China Zorrilla (si le falta alguno, puede llamar a Florencia Peña o al loco Dalla Libera);
3) Dejelos hablar y grábelos, ellos solos le darán material para 10 programas con chistontos, anécdotas y demás yerbas;
4) Pase a cobrar por el canal a fin de mes;
5) Pase a retirar su Martín Fierro a fin de año;
6) Pida aumento en su contrato para seguir con el programa al año siguiente.-