¡El otro día estaba viendo televisión y de repente apareció Teresa Calandra ¡Está tan buena, la vieja todavia! ¡IDOLAAA...!!! Es el claro ejemplo del HEMBRON, la que está buena, estuvo rebuena, y seguirá estando buena. No es una mina despampanante, pero es muy pareja, tiene una imagen de tipa fina, es alta, tiene lindo rostro, es flaca, con un lomo aceptable. Está barbara! y conserva bastante la belleza de la juventud, es decir el tiempo la ha ennoblecido, como a los buenos vinos. Algo que casi se ha llegado a transformar en una obsesión en mí, es el paso del tiempo. Veamos el paso del tiempo con relación a las minas. El tiempo hace una tarea paciente pero constante, incansable, y a la larga lleva a todas las minas hacia una jovatez segura. Pero no todas lo afrontan igual. Hay minas como la referida del tipo “belleza de todos los tiempos”, que de pendeja estaba buena, de joven estaba buena y de grande está todavía buena. Está también la que se pone cada vez más buena, y uno dice: ¡Pero esta mina está cada vez más buena! Es ese apogeo de la belleza in crescendo que sorprende y satisface. Tambien están los bagayos que repuntan hasta lo aceptable o sorprenden hasta el descollo. En este caso la expresión sería algo así como ¡Qué buena se puso esta guacha! Está la que se viene abajo de repente, la que se apendeja... y que se yo, hay de todo. Gonza
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