Por Gonza
Nota de Fernando Miembro (chico) enviado especial en Alemania
A HORAS DE COMENZAR EL MUNDIAL
Munich, 9 de junio de 2006
Comienza el mundial y llega la hora de la verdad. No estamos felices, lamentablemente no llegamos del mejor ánimo.
Sé que en la Argentina tampoco reina una expectativa alentadora. Y aquí el silencio que se vive en nuestra delegación lo dice todo. Aguardamos con calma, con tensa expectativa.
¿Dónde estamos parados? Propongo ahora que analicemos la situación con el rigor que nos caracteriza y la seriedad profesional que nos avala en nuestra impecable trayectoria. Brindemos nuestra humilde opinión, con sinceridad, con objetividad, con profundidad, dando todo lo que sabemos de este apasionante deporte:
El equipo: Nos gustaría ver a la selección mejor posicionada en la cancha, más segura, con más confianza, y técnicamente superior. Pero son muchos los jugadores debutantes y no han tenido ni tiempo de conocerse bien entre ellos. Falla la defensa, el medio campo está flojo y los ataques son pobres e inseguros. Falta trabajar mucho en los pases en profundidad y en la llegada de los delanteros.
Los antecedentes: Los resultados de las eliminatorias y de los pocos partidos amistosos que se han jugado no auguran un futuro promisorio, precisamente. El equipo no encuentra su punto correcto de juego, no se organiza, no muestra cohesión, ni tampoco eficiencia.
La conducción técnica: Atada tozudamente a sus caprichos no decide conforme a los intereses del seleccionado nacional (y vaya saber a que intereses responde). Los jugadores no están bien elegidos y el banco de suplentes es el reino del revés. Los titulares deberían estar en el banco. No hay un liderazgo fuerte, no hay un norte claro y sabemos bien que se repiten las peleas entre los jugadores y que son constantes los desencuentros, aunque la dirigencia insista en minimizarlos o taparlos.
Los imponderables de la suerte: Tampoco ayuda mucho la suerte, Argentina no ha tenido buena estrella. Ya se lo decía yo a Water Close mientras deglutíamos una salchicha con chucrut en el famoso bar Studebacker de esta pintoresca ciudad de Miunich. “Nos tocó el grupo de la muerte“, frase de mi autoría que después todos los periodistas me copiaron, pero que lo dije yo por primera vez en mi programa luego de que se me ocurriera, horas antes de la emisión del programa del día 2 de mayo de 2006, mientras mirábamos un video con Macaco Marquez del mundial del ’52.
Los rivales: Está muy claro que en un mundial no hay partidos fáciles ni equipos malos. Los rivales que le han tocado a Argentina en suerte no podían ser más peligrosos. El mejor equipo africano, un equipo que quedó invicto en las eliminatorias y un firme candidato a la copa.
La opinión técnico científica: Le falta mucho a esta selección para competir a nivel internacional. No se encuentra, ni por asomo, a la altura del fútbol exigente y moderno que se está jugando actualmente en Europa.
Opinión del crítico Guillermo Mimo: "No es que no me guste Pekerman. Lo que no me gusta es el fulbo de Pekerman".
Opinión de San Milico: "Son un desastre. Es todo una hecatombe. El único que puede arreglar esta debacle soy yo, lástima que la AFA no me haya convocado".
Nota de Fernando Miembro (grande) enviado especial a Alemania
Munich, 16 de junio de 2006
ARGENTINA 6 - SERBIA Y MONTENEGRO 0
Alemania está de pie, la algarabía reina entre nosotros, cada enviado, cada uno de nosotros está feliz, exultante, en una palabra: chocho.
Y no es para menos. Es un día histórico. Argentina se ha mostrado con la guapeza que no es otra que la que corresponde a un futuro campeón. Ha jugado el mejor partido en la historia de todos los mundiales Pekerman con su conducción firme y su sólido carácter ha demostrado que sabe liderar este grupo humano excepcional. Sobran los buenos jugadores, es evidente, el mundo puede verlo. Fueron dos equipos buenos, tanto el del primer tiempo como el del segundo. Y yo en particular me quedo con el del primer tiempo. La Argentina brillò, apabulló, aplastó y dejó por el suelo al rival. El equipo demostró el resultado de un trabajo serio, profundo, humilde. El compañerismo y la “buena onda” que siempre ha existido entre los jugadores y que nosotros veníamos notando aquí en Alemania, permitió un entendimiento perfecto en la cancha, la alegría reflejada en cada jugada, en cada avance, en cada gol.
Vayamos al análisis riguroso y certero, parte por parte. Veamos el desempeño de la selección en cada rincón del campo de juego:
La defensa: Excelente, una pared. Le sobrò talento a Sorìn y al resto de la defensa que cuidaron el arco como ferreos cancerveros.
El medio campo: Atento, fuerte, contundente, impecable.
La delantera: Cada ataque terminó en gol. Reinó la seguridad, la belleza del buen fútbol. Primó la habilidad del mejor fútbol sudamericano, que alegre y desprejuiciado, desconcertó al anticuado y rígido juego de los equipos europeos.
Queda claro también, y tal como lo veníamos diciendo hasta el cansancio, (y lo vamos a seguir diciendo) No tienen nada que ver las eliminatorias con el mundial. Son dos cosas totalmente distintas.
Lo malo del partido: La lesión de Lucho Gonzalez. Esperemos se mejore pronto.
El mejor jugador: Todos lo fueron. Cada uno en su papel se desempeño de la mejor manera.
El mejor gol: El segundo. El de Cambiasso, después de 35 toques consecutivos de la Argentina, 10 pases, 3 paredes, 4 gambetas y un taquito, mientras los serbios se quedaron mirando como papa natas.
Argentina está clasificada, no tenemos ninguna duda que será la primera de su grupo, y que seguirá derrochando a lo largo del mundial su pasta de gran campeón. Disfrutemos con plenitud de este gran triunfo. 23 gladiadores nos representan con hidalguía. Son nuestros héroes, nuestros queridos muchachos, lo mejor de la pujante y promisoria juventud argentina. Adelante, chicos, hasta el final, la gloria los aguarda. Gracias por la magia. Nos queda una sola pregunta: ¿Quién fue el boludo que inventó eso de “el grupo de la muerte”?
Opinión del critico Guillermo Mimo: "EX – SEX – CIO –NAL".
Opinión de San Milico: "Yo esto ya lo había palpitado, con score y todo, lo que pasa que no lo quise decir".