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Publicadas por
A Cara de Perro (que ladra y no muerde)
el día
miércoles, octubre 31, 2007
Gabriel
Pasó el famoso 28 de Octubre (la fecha más mentada de un año a esta parte) y todo sigue igual: Todo sigue igual de bien? No, las predicciones se cumplieron, y nos guste o no nos guste el pueblo se expresó en las urnas (frase que siempre quise decir) y decidió que a partir del 10 de Diciembre nos gobiernen quienes ganaron las elecciones en cada uno de sus distritos.
A pesar de la farsa montada (Esto queda re-bien decirlo aunque esté vacío de contenido) por los gobernantes de turno, y los abultados resultados conseguidos por los principales referentes políticos del país, todo acto eleccionario deja mucho material para reflexionar.
Muchos imaginarán que a partir de las líneas que siguen voy a hacer gala de mis dotes de analista y les voy a comentar cómo queda conformado el mapa político argentino luego de la decisión popular, y cuáles son las pautas económico-financieras que el nuevo-viejo gobierno deberá desplegar para conseguir un desarrollo sustentable del PBI que nos lleve a un crecimiento sostenido en la producción de bienes y servicios.
Estimado lector, Ud. ha imaginado mal. No creo que este sea el lugar para que yo me explaye al respecto, pero si le voy a señalar algunos pequeños detalles perceptibles en todo acto electoral:
Todos los fiscales tienen caras de garca, sean del partido que sean.
Todos los fiscales se llevan el sanguche de milanga en un tupper.
Se sigue incumpliendo la veda, al punto que todavía el sábado hay gente repartiendo boletas, y el domingo hay gente que habla de los candidatos por los medios.
La gente se sigue afanando las boletas del cuarto oscuro para revisar bien en su casa a quien votó o a quien podría haber votado.
Los votantes siempre van a votar sobre la hora del cierre, y después de quedan a vivir.
Las mesas siguen siendo masculinas y femeninas, por lo que todavía no corre la posibilidad de levantarse una mina el la fila de la mesa para votar.
La boca de la urna sigue siendo pequeña, por lo que sigue costando un pequeño esfuerzo colocar el sobre en la misma.
Los presidentes de mesa, siguen encontrando en el padrón a todos los que tienen su apellido menos a Ud..
Los que perdieron dicen que hay que esperar que todavía hay posibilidades de revertir la tendencia, aunque sean Blumberg.
Los que ganaron dicen que hay que esperar que no es definitivo, aunque saben que afanaron.
El que ganó dice que va a llamar a todos para gobernar juntos, pero siempre termina perdiendo los teléfonos.
Los que perdieron van a saludar a los ganadores con un indisimulable cara de orto.
Todos los entrevistados dicen que es una fiesta de la democracia y que siempre es bueno que el pueblo se exprese en las urnas.
Los perdedores dejan entrever en sus declaraciones la posibilidad que haya habido fraude.
Siempre hay algún canal que dice quien ganó aunque no se pueda.
Siempre hay un looser que dice que su partido hizo una buena elección, aunque sacó 15 votos.
Los que ganan dicen que a partir de mañana (por el día posterior al acto comicial) se ponen a trabajar, pero después se la pasan boludeando y recuperándose de la resaca del pedo que se agarraron en los festejos.
Siguen existiendo los ancianos que van a votar de saco y corbata a las 8 de la mañana, y preguntan por la Boleta de Balbín o Perón.
Siempre hay un perdedor que dice que evidentemente no se entendió su mensaje, si no hubiera ganado por amplia diferencia.
Con la modificación de la ley electoral, me tocó ser Presidente de Mesa en el Penal de Batán. Ahí ganó Barreda, segundo “El tractorcito” Cabrera y tercero Menem.
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