Por GABRIEL
El otro día participé de una conversación donde una mina comentaba su estancia por unos meses en Europa en busca de nuevos horizontes. A raíz de la consulta obligada de otra mina: ¿Qué tal los tipos?, la viajera devenida en desocupada respondió: Ahhh!, no, los argentinos son más masculinos, más fogosos. La masculinidad argentina, es un mito del cual, antes de estas líneas nos sentíamos orgullosos. Formábamos parte del cuento del macho latino de sangre caliente, que tantas veces ha sido reflejado en canciones, libros, revistas, programas televisivos y radiales, y hasta ha sido destacado por varias famosas en alguna que otra entrevista. No obstante, la realidad de nuestro país y de tantos otros ha llevado, conjuntamente con la depreciación de nuestra moneda, a la depreciación de la tan mentada masculinidad argentina, a saber: El lunes no podemos hacer gala del "galardón" obsequiado por nuestros antecesores porque el martes hay que llegar temprano a esa reunión de trabajo, y los chicos tienen que ir al colegio. El martes juega "Manu" Ginóbili el primer partido de la temporada y no nos lo podemos perder porque al otro día, no sabremos que decirle al portero cuando nos diga: "qué fenómeno ese Manu.... vistes el try que metió?". El miércoles juega River (Gracias Dios!) a las 23.30 con el Deportivo Táchira de Venezuela, tampoco podemos. El jueves juegan "los otros" (sí, los otros, me opongo a nombrarlos) y tenemos que verlos para gastar a los amigos el viernes. El viernes tu señora organizó la cena con la amiga y el marido (un plomo que se la pasa hablando de política y de cómo la UCD debería hoy ocupar el rol de oposición para que este país funcione), y se van a las 4 de la mañana luego de catorce cafés de los cuales no tomaste ninguno porque te querías ir a dormir ya que al otro día jugabas a la pelota con los pibes. El sábado salís a cenar, cuando llegás, los chicos que se dormían durante la cena, y se durmieron en el auto, mientras vos hacías el precalentamiento verbal, se despabilaron y empiezan a querer mirar Manuelita, Shrek o lo que sea, y jugar al Playstation. Conclusión: Terminas jugando contra el Barsa (Sin Saviola) hasta las 3 o 4 de la mañana mientras tu mujer duerme porque vienen tus suegros a almorzar y el viejo siempre cae a las once para ver cómo va el fuego. El domingo es obvio, Fútbol de Primera, Paso a Paso y la sucesivas repeticiones del penal a favor mal cobrado a "los otros", sumados al trajín del fin de semana nos impiden nuevamente ser parte viviente del mito que dice que: LA ARGENTINIDAD SIEMPRE ESTA AL PALO.LA ARGENTINIDAD: ¿AL PALO?
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A Cara de Perro (que ladra y no muerde)
el día
viernes, julio 29, 2005
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