LA VENGANZA SERA TERRIBLE

Venganza: Satisfacción que se toma del agravio o daños recibidos.

Dicen que la venganza es el mal de los idiotas.
También se dice que la venganza es un plato que se come frío.
Particularmente no aliento la venganza, pero ahora recuerdo que el año pasado un novelon de TV tuvo mucho éxito desempolvando un clásico de la literatura que giraba en torno de ese tema.
Ya lo dijo el Chavo del 8: “La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”
Pero quien no ha maquinado alguna venganza terrible aunque después no la haya llevado a la práctica.
El titulo de este post es un programa de radio de Alejandro Dolina. Pero hace muchos años en otro programa de radio de esos tantos e ignotos que andan diseminados por el dial hacían una consigna muy rara y muy en serio. Preguntaban a los oyentes: ¿Pensó alguna vez en matar a alguien? En caso afirmativo, ¿Porque no lo hizo? Y hubo más de uno que admitió la maquinación, aunque luego frustrada (menos mal).
La venganza va asociada muchas veces con el misterio. El agresor daña anónimamente (¿cobardemente?) y el fin es simplemente satisfacer su orgullo herido, esa extraña ilusión de que puedan restañarse las propias heridas con el dolor de otra persona.
Existe también la “vindicta pública” o la venganza compartida con otro, o con la familia, o con un grupo determinado de personas. Pero la pura venganza es la condena privada.
Es el reclamo de una mente turbada con sed de justicia. Comienza en la imaginación y después viene el gran paso que es la realización de los hechos.
Y la justicia queda en nuestro propio pensamiento y en nuestras propias manos, es nuestro propio juicio, la condena y el castigo elegido.
Este es un post para mirar en el interior nuestro, en nuestra parte más oscura probablemente o en nuestra parte más inocente, o también en nuestra parte más visceral, cada uno lo sabrá en su conciencia. La venganza me parece reprochable, pero al mismo tiempo me parece muy humana.
Repasemos nuestra propia historia ¿Qué venganzas recordamos en nuestro haber? ¿Y cuántas revanchas hemos recibido en nuestra contra con justicia o injustamente?
Quizás más de una desgracia sufrida no fue casualidad. Quizás hubo una mano negra, o más de una, aunque sea en el pensamiento, alentando al mal.
Frente a las noticias desgraciadas, las miserias, los accidentes, el dolor ajeno ¿Todos se lamentan tanto como dicen? O a veces aparece el buey corneta que a las espaldas del resto de la gente se frota las manos y siente esa oscura satisfacción morbosa e inconfesable de ver pasar por su puerta el cadáver de su enemigo…
Gonza

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